07: Imágenes
15.8.16
8.8.16
06: Estrecho
06: En algún momento del verano del 2007, justo antes
de que Jorge cumpliera los 37 años, me acuerdo que me dijo que el mundo se
había convertido para él en un ámbito excesivamente estrecho. "No salgo de
aquí. Reduje mis dominios a este espacio" - decía mientras abría los brazos sentado en el cuarto que daba a la autopista. Me sorprendía la seguridad con la que me
hablaba, con una voz grave que retumbaba en ese espacio semi vacío. Yo entonces
tenía 27 años, exactamente diez menos que él, y pensaba que esa separación de
edad, tan redonda, era más bien un vínculo entre los dos. Pero aquel verano
antes de que él cumpliera los 37 comencé a sentir todo lo contrario. Aquel
tipo, que durante tantos tiempo había sido algo familiar, alguien similar,
ahora era muy distinto a mí. Tal vez ese sería nuestro nuevo vínculo, pensaba mientras volvía a mi departamento. "De vez en cuando miro por
la ventana. ¿Qué veo? Árboles. Veo árboles" me dijo mientras me reía de él.
6.8.16
05: Ruido
05: Ya no hay nadie que hable
bien de esta ciudad. Se ha vuelto casi imposible que una conversación no gire
en torno a un descontento. Pero no es por esto de los quejidos que yo ya no
vivo acá desde hace años, tal vez sí el motivo por el que hoy me preguntaba si
de vivir acá sería parte de ese ruido quejoso del cual lo único que sale es
siempre el mismo barro crudo en el que ningún sonido se anuncia. ¿Estaría
aturdiendo -y aturdiéndome- si viviese entre estas cuatro paredes que no llegan
a tocarse?, no lo podré saber nunca.
Creo que sólo Hernán mantiene
un entusiasmo cuando habla de Buenos Aires; a decir verdad, no sólo cuando
habla. Según él es porque no le interesa la política, lo cual me lleva a pensar que en
esta ciudad la política es un ruido hueco. En todo caso creo que
por eso busco su compañía siempre que estoy en la ciudad, porque lo
que a él le gusta es la música. Su gusto por la armonía del sonido lo mantiene
joven de espíritu pienso cada vez que nos vemos, aunque esto no se lo digo, no
sea que le revele el posible secreto de su alegría y entonces ya no me la pueda
contagiar.
Ayer en la madrugada bajé a la
calle a pasear al perro y a tomar un poco de aire. Al girar en la esquina me
quedé un rato mirando cómo trabajaban unos tipos que entraban y salían desde una de esas alcantarillas de aguas sanitarias que hay en las veredas. Trabajaban bajo
un silencio cómplice. Por otro lado están lo que actúan, pensaba mientras mi
perro se volvía a verme desde la distancia, ellos están antes que
las palabras. El aire de la noche era agradable y apenas pasaban autos por
la Avenida Congreso. Sólo se escuchaba el susurro nocturno de la ciudad y el
discurso de la acción.
5.8.16
04: Contratiempo
04: Algunos contratiempos inesperados me obligaron a
cambiar mis planes estos los últimos días. Me tendrás que disculpar por no
haberte dicho nada antes; cuando se trabaja en el mar a veces no hay tiempo para
cumplir con compromisos literarios. Ya habremos de encontrar el modo de
encontrarnos.
2.8.16
03: Testigo
03:
O tal vez uno se lanza a viajar para luego poder
tener historias que contarse, o contar, y así imaginarse que en la vida le ha
sucedido algo. No sé, se me ocurre. Aunque no todo viaje es movimiento. También
puede uno quedarse quieto y hacer viajes imaginarios y luego contarse esas
historias mentales, también para consolarse de que le ha sucedido algo en su
vida.
En
mi caso hubo un tiempo en que fui un viajero. En el fondo se trata de estar disponible
digo yo. Al menos lo estaba cuando era un aventurero. Moverme era mi
actividad principal aunque no era consciente de eso, no como ahora. Entonces
podía levantarme en mitad de la noche y salir a andar, o en la tardecita y ya
no volver hasta el día siguiente. Me podía subir a un tren o a un colectivo de
línea urbana y andar hasta que decidiera bajarme, usualmente eligiendo mis
paradas, o pueblos, según el sonido que hacían sus nombres en mi oído interno.
Podía bajarme y andar por las calles desconocidas, pasar la noche en un hostal,
cenar entre extraños (mochileros, comerciantes, extranjeros, viajeros, quién
sabe, asesinos), caminar por lugares muchas veces vacíos. Era un viajero
anónimo, una especie de soplido de otro lugar que observaba e imaginaba. Ésa
era para mi la aventura, la cual casi siempre tenía forma de viaje.
Pero
para esta aventura que nos incumbe hasta el día 15 necesito un testigo, un confidente tan
crédulo como vos (que en realidad soy yo), tan familiar, alguien, en fin, que
me escuche con atención y desde lejos.
1.8.16
02: Los viajeros
02:
Si queremos avanzar será necesario entender cómo
vamos a construir este blog, al menos hasta el 15 de este mes como dije ayer.
De hecho he estado pensando en este tema desde que publicamos
la primera
entrada ayer, sentado en el vagón de aquel tren. La conclusión a la que
he llegado es que esto no será un diario que narre los hechos del
día; nada me resulta más aburrido que escribir lo que ya sé. Tampoco va a
ser un cuaderno digital como dije ayer. Que por cierto no sé qué quise
decir con eso de cuaderno digital, pero te pido que me tengas paciencia si
algo es confuso, recién estoy encendiendo la maquinaria. Como
te decía, ya sé cómo vamos a llenar este blog. Lo haremos con mensajes que
te iré enviando sobre el mundo de los viajeros. Serán historias sobre esa
gente que se lanza al movimiento, de todas las clases y tipos que vaya
encontrando por ahí, o que se me ocurran, que en definitiva puede que sea
lo mismo.
Es
un tema que desde siempre me ha dado curiosidad. La creencia popular dice
que todo viajero sale a buscar algo que aún no tiene pero que sospecha lo
encontrará en el camino desconocido, en la aventura imprevista. Yo, sin
embargo, estoy convencido de que nunca nos sucede nada que no hayamos
previsto, nada para lo que no estemos preparados.
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