22.6.16

La decisión de Paty - en 100 palabras

Realmente la había cagado, a veces no puedo evitar decir lo que pienso. Luego duermo y al despertar me siento un estúpido irremediable. El caso es que desperté y salí corriendo hacia su casa. Encontré la puerta sin llave y al entrar escuché mi nombre. Decía algo como así es Santiago Salgado, un pavorreal presumido y tonto, y sus poemas, su agotadora danza de amor hacia mí. Pero ya no lo amo, anoche murió para mí (así lo dijo). Se puede conquistar una muchacha con un poema, pero no retenerla con un poema. Vaya, ni siquiera con un movimiento poético.

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